lunes, 27 de mayo de 2013

Cine Adolescente


Etimológicamente, adolescencia tiene la connotación de padecimiento; es una etapa de transición entre el niño y el joven adulto: un tiempo de crecimiento, de desarrollo, de maduración; marcado por profundas, transformaciones hormonales, cambios físicos, biológicos, intelectuales, psicológicos, sociales, es la búsqueda de una identidad, un tiempo en el que cada adolescente puede disponer de todo un potencial para crecer, desarrollarse y ser feliz.

El género adolescente ganó más credibilidad en los años ochenta con la aparición del escritor y director John Hughes. Su legado de películas para adolescentes resultó ser atractivo no sólo para el público, sino también para la crítica.




El cine teen es aquel dirigido a adolescentes y adultos jóvenes, en los que la trama está basada en los intereses y problemas de ese periodo de la vida. Trata temas como el crecimiento, el amor, la rebeldía, las relaciones familiares y sociales, la soledad, la sexualidad y la angustia. Habitualmente se representa de un modo superficial, suavizado, estereotipado e incluso trivializado. Por supuesto, los personajes tienen la misma edad que la audiencia.

Naturalmente, el manejo de los temas varía según el contexto en el que se desarrolla y la sociedad a la que pertenece. Una película juvenil iraní es radicalmente distinta a una canadiense, a pesar de que traten los mismos temas. En el cine occidental las situaciones habituales son la vida escolar, los eventos sociales y de entretenimiento y la cultura pop.

El auge de las películas dirigidas a los jóvenes comenzó en la década de los cincuentas, cuando los productores descubrieron el mercado formado por adolescentes en búsqueda de entretenimiento y de identificación, para escapar de la terrible realidad en la que “nadie los entiende”. Antes de continuar, cabe hacer una pequeña distinción. Están las películas en las que el foco está en los problemas internos del adolescente y la repercusión en su realidad, y están aquellas en las que se retrata el lugar del adolescente en la sociedad.

Dentro del teen cinema existen muchos géneros: comedia, drama, fantasía, parodia, misterio y, a veces, terror. Igualmente se divide en cine comercial y cine independiente. Lo interesante de este tipo de películas es el manejo de los temas, el cual depende del impacto o la reacción que se quiera causar en la audiencia. Por ejemplo, las tradicionales chick flicks como Bring it on (2000), The Princess Diaries (2001), Mean Girls (2004) o 17 Again (2009) buscan divertir y entretener, con una historia simple, lugares comunes y un final feliz.

En cambio, los dramas tienden a ser más reflexivos. Su finalidad no es necesariamente dar esperanza a los jóvenes en crisis, sino mostrar la realidad con toda su oscuridad adolescente. En este ámbito entran películas como The 400 Blows (1959), A Clockwork Orange (1971), Donnie Darko (2001) o City of God (2002). Hay también híbridos como Carrie (1976), que son un poco difíciles de clasificar.
En muchos casos, el cine independiente tiende a tener un enfoque ligeramente distinto al comercial. Suele ser más crudo y estar menos suavizado. Las películas que se mencionan a continuación cumplen con esta característica y tienen una peculiaridad: son de adolescentes, pero no necesariamente para adolescentes.

   The Virgin Suicides (1999) es una película norteamericana dirigida por Sofia Coppola, y producida por su padre, Francis Ford Coppola. Fue protagonizada por James Woods, Kathleen Turner, Kirsten Dunst, Josh Hartnett y A. J. Cook. Basada en la novela del mismo nombre, de Jeffrey Eugenides, cuenta la historia de las hermanas Lisbon, quienes se suicidaron en un suburbio de Detroit en los setentas. Después del intento de suicido de la menor, los padres encierran a sus hijas en su casa, aislándolas del mundo. Así, se narra su vida dentro del confinamiento y cómo lentamente comienzan a autodestruirse. Lo interesante del filme, además de la belleza de la fotografía y las actuaciones de los actores, es el manejo de los problemas adolescentes y la presentación de una perspectiva distinta a la habitual.


 Daydream Nation (2010) es una película canadiense escrita y dirigida por Michael Goldbach. Protagonizada por Kat Dennings, Reece Thompson y Josh Lucas, fue estrenada en el Festival Internacional de Toronto. Cuenta la historia de Caroline Wexler, quien se muda con su padre de la ciudad a un pequeño pueblo industrial a terminar la preparatoria. Allí comienza un romance con un profesor y, al mismo tiempo, con un compañero drogadicto. Cabe mencionar, hay un asesino serial en el lugar.

El filme explora bastante adecuadamente las inquietudes de una adolescente, tanto en el tema sexual como amoroso, y la incapacidad de adaptarse a una nueva vida. Como siempre, intervienen los estereotipos y las convenciones sociales. La crítica la describe así: “Juno como reinterpretada por David Lynch o como un Donnie Darko más soleado y divertido”. En efecto, es una película ligera con un mensaje profundo.

   Cement Garden (1993) es una película británica dirigida por Andrew Birkin, basada es la novela del mismo nombre de Ian McEwan. Cuenta la historia de cuatro hermanos cuyo padre muere de un infarto, seguido por su madre, con poco tiempo de diferencia. Para evitar ser separados por el Estado, esconden el cadáver de su madre en un ataúd de cemento en el sótano de su casa y pretenden que ésta sigue viva. Dos de los hermanos, hombre y mujer, comienzan a desarrollar una relación incestuosa, mientras que el menor empieza a experimentar con el travestismo. El tema principal del filme es el desarrollo de la sexualidad sin el apoyo de los padres y la vulnerabilidad de los adolescentes y los niños en la actualidad. Lo interesante de esta película es lo crudeza del manejo de las situaciones tabú.

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